Posiblemente sea el tipo de siniestro que ocurre con mayor frecuencia. La mayoría de las veces los daños no suelen ser muy graves aunque sí llamativos, afectando habitualmente a solados de madera (parquets, tarimas, laminados,…), a carpinterías de madera, a mobiliario de cocina, a falsos techos y al acabado de los paramentos (pinturas, papeles, entelados,…)
Contamos con los mejores profesionales de todos los gremios para reparar o sustituir los elementos que se hayan visto dañados por el agua, desde albañiles, a entarimadores, a carpinteros, a ebanistas, a pintores, y a un largo etc. de oficios con experiencia en la reparación de este tipo de daños y en reformas.
Hay otro tipo de daños por agua que son “silenciosos” y que pueden resultar más peligrosos que los accidentales porque pueden ocasionar daños importantes en la estructura si no se detectan a tiempo. No siempre es un latiguillo que salta o un termo que se vacía de golpe. En otras ocasiones, se producen goteos o filtraciones de pequeña entidad pero de forma constante durante largos períodos de tiempo, ya sea porque se haya picado un bote sifónico o porque se haya abierto un poro en una tubería o un por un sellado que ha perdido sus propiedades elásticas y de estanqueidad.
Esta tipología de siniestro puede resultar muy dañina para las estructuras, generalmente las que tienen elementos de madera o hierro.
En las estructuras de madera, la humedad aportada por este tipo de averías, hace que se produzcan las condiciones idóneas para que la madera sea atacada por hongos y/o insectos xilófagos haciendo que esta pierda o se vea mermada su capacidad portante.
En los forjados metálicos, la humedad en contacto con el yeso y el hierro, hace se acelere en este el proceso de corrosión, pudiendo llegar a perder en casos extremos la totalidad de la sección de la vigueta. En la galería de fotos puede observar algunos casos muy llamativos que se nos han presentado al intervenir en un forjado.
En Elektra somos especialistas en rehabilitación de estructuras de todo tipo.